La Nueva Cristiandad de Maritain a la luz de las críticas del padre Meinvielle

Abstract

El pensamiento del filósofo francés Jacques Maritain atravesó una evolución desde su juventud, en la que advertía sobre los peligros de hacer del progreso una máxima universal, hasta su madurez, en la que pasó a defenderlo como principal motor de la historia. Explica que, por la marcha hacia delante de la humanidad, el hombre adquiere la autoconciencia y por ella mayor libertad y la obtención de nuevos derechos. A su vez, este hombre nuevo es parte de una Nueva Cristiandad, una civilización en la que los principios cristianos influyeron en la conciencia profana, haciendo que la fraternidad universal sea posible, incluso bajo diversidad de credos y filosofías. Como consecuencia, el estado no se subordina más a la Iglesia, que ahora está en pie de igualdad con las demás religiones y no puede objetar la libertad de culto y de consciencia. El padre Meinvielle critica esta concepción de la Cristiandad, alegando que excluye lo sobrenatural de la vida social y que la filosofía de Maritain constituye una carnalización de los principios evangélicos, que, ahora deformados, se tornan anticristianos.