Néstor Pedro Sagüés: un constitucionalista visionario

Abstract

Es un verdadero honor recordar a quien se encuentra para siempre dentro de una cúpula idealizada de Juristas, con mayúscula, de los siglos XX y XXI. Reconocido en el mundo y responsable de formar profesionales y docentes que siempre lo han valorado con respeto y afecto, fue un prolífico autor de obras de gran valía, muchas de lectura indispensable en todos los ámbitos del derecho y con expansión académica bien ganada en el mundo por su calidad, producto de una férrea investigación científica que siempre desarrolló. ¿Quién no ha leído sus obras que están para aggiornar nuestra biblioteca con temáticas profundizadas sobre derecho público? ¿Quién no ha disfrutado de sus amenas exposiciones catedráticas claras y contundentes, que nos deleitaron por su pasión e información actualizada al servicio de los oyentes en diversos foros? Hemos sentido profundamente su deceso en plena producción dogmática, que era su placer y lo evidenciaba como brillante autor. En lo personal, me afectó mucho, realmente mucho, el día en que su hija Sofía me dio la noticia de su estado de salud terminal; ese día estaba en el Senado de la Nación, en una jornada académica matutina; confieso que no olvidaré lo impactante que fue para mí. Pocas semanas después recibí la fatal noticia. Tal vez se pregunten por qué me tuvo tan mal este proceso. Confieso que, entre otras historias de vida que constituyen hitos personales, a Néstor lo conocí en junio del año 1985, en la Ciudad de Corrientes, en el II Congreso Nacional de Jueces de Faltas de la República Argentina. Fueron cuatro días de intensas y muy debatidas jornadas con muchos asistentes que lucían conocimientos de alto nivel, pero que además se mezclaban directa o indirectamente para enriquecer el todo del encuentro en distintos rubros. Y así se confluía en lo académico de excelencia, lo político en su apogeo y lo funcional, en tiempos de recuperación democrática e institucional cercana en lo temporal.