A la memoria de Orlando Juan Gallo (1942-2023)

Abstract

Esta memoria corre el riesgo de convertirse en autorreferencial, pues no puedo evitar este sesgo dado que, con Orlando J. Gallo, familiarmente “Nito”, hemos sido amigos durante algo más de sesenta años. Teníamos mucho en común, ambos descendientes de familias inmigrantes, radicadas en la zona rural del partido de San Andrés de Giles, venimos a formar parte de la primera generación de profesionales. Él era un poco mayor y había comenzado sus estudios de abogacía en la Universidad de La Plata, optando luego por continuarlos en la Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA) y así vino a la residencia universitaria creada por el padre Luis María Etcheverry Boneo, donde yo residía, así como otro amigo proveniente de la misma región y entorno familiar, Carlos Raúl Sanz. De tal modo, aunque Gallo estudió en la UBA, quedó a través nuestro muy vinculado a la Universidad Católica Argentina (UCA).