Retazos para armar

Abstract

Conocí formalmente a Germán José Bidart Campos en 1962, como alumno en el curso de Derecho Constitucional en la UCA –era titular y a la vez, ese mismo año, asumió como Decano de la Facultad, a la edad de 35 años–. Pero lo conocía desde antes sin saberlo, pues había estudiado con su libro Educación Democrática(1), en el colegio de los Hermanos Maristas de Luján, durante el año 1957; fue mucho tiempo más tarde cuando advertí esta circunstancia, casi de un modo fortuito, a través de mi hermano menor, que cursó igualmente en dicho colegio y con la misma bibliografía (por lo que estudiaba con el libro de texto que yo había utilizado años atrás). Escribí sobre esto en el Liber Amicorum, publicado en 2014(2). Ya en aquella obra temprana, su pensamiento –que podría calificarse de liberal democrático– estaba claramente delineado; dicho perfil databa de años anteriores, pues su tesis doctoral en la UBA –que había sido recomendada para el Premio Facultad en 1953– versaba sobre uno de sus temas preferidos: “La democracia como forma de Estado”. Una visión humanista profunda, donde la República de personas libres e iguales, bajo el paraguas protector de las garantías constitucionales, iba mucho más allá de la democracia como mera forma de gobierno o como fórmula de seleccionar las autoridades a cargo de este. Ya para esa fecha había sido designado como juez de la Corte Suprema y acumulaba premios y menciones honoríficas por su obra...