Ajedrez y teología : educación, psicología y mística de la vida

Abstract

Resumen: “En su grave rincón, los jugadores / rigen las lentas piezas. El tablero / los demora hasta el alba en su severo / ámbito en que se odian dos colores. (...) Cuando los jugadores se hayan ido, / cuando el tiempo los haya consumido, / ciertamente no habrá cesado el rito. / No saben que la mano señalada / del jugador gobierna su destino, / no saben que un rigor adamantino / sujeta su albedrío y su jornada. / También el jugador es prisionero (...) de otro tablero / de negras noches y de blancos días. / Dios mueve al jugador, y éste, la pieza. / ¿Qué dios detrás de Dios la trama empieza / de polvo y tiempo y sueño y agonías?” (J. L. Borges, “Ajedrez”, 1960). C: Bendecida tarde, padre Gerardo. Gracias por su amable atención. Soy Claudia Amura… Aún de viaje camino a San Luis. G: Fue un gusto muy grande haberte encontrado en Luján, Claudia. Me quedé pensando que jugué ajedrez competitivamente entre los 15-17 años, unos dos años y medio. Si te llevo dos de edad, sería por entonces que vos fuiste campeona nacional (¿1985?). Te pregunto: ¿pensaste alguna vez en escribir un libro con título: "Ajedrez, metáfora de la vida (humana, social, espiritual)". Personalmente creo que daría para mucho. Si te interesa, podríamos hacer algo análogo al libro "9 lunas", que tenés en la sinopsis que te pasé,3 en forma de diálogo. Sin fines de lucro, destinado a personas que conocen el juego, y que lo hayan practicado incluso de forma amateur. Pensalo. Si te interesa lo conversamos. Salvo que ya te lo haya propuesto el P. Gustavo Carrara. Yo soy bastante expeditivo para estas cosas... Un gran abrazo y mi oración.