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Título: | Espíritu y materia : ser y vida paradojal de la persona humana | Autor: | Derisi, Octavio Nicolás | Palabras clave: | ESPIRITU; MATERIA; Marx, Karl, 1818-1883; Freud, Sigmund, 1856-1939 | Fecha de publicación: | 1972 | Editorial: | Pontificia Universidad Católica Argentina. Facultad de Filosofía y Letras | Cita: | Derisi, O. N. Espíritu y materia : ser y vida paradojal de la persona humana [en línea]. Sapientia. 1972, 27 (103). Disponible en: https://repositorio.uca.edu.ar/handle/123456789/14273 | Resumen: | Resumen: 1.-El mundo y la vida corporal - Por su cuerpo el hombre es una parte del universo, sometido a las leyes necesarias que rigen la materia. Por encima de la pura materia, el hombre posee además una vida fisiológica o vegetativa, inconsciente, que hace de su cuerpo una unidad orgánica, en que las fuerzas físico-químicas aparecen ordenadas y dirigidas al bien del todo por un principio vital; el cual, por eso mismo, es esencialmente superior a la materia, bien que a la vez esencialmente dependiente de ella. En efecto, la vida fisiológica es un ordenamiento de las fuerzas materiales físico-químicas, inexplicable por ellas mismas, desde que aparecen subordinadas a un fin superior, ordenadas por ¡in principio intrínseco vital como partes subordinadas al bien del todo. Por eso, una unidad orgánica en que todas las partes se subordinan al bien del todo, implican un principio vital irreductible a la sola materia. Pero a la vez este principio depende esencialmente de ella, ya que no puede operar sino dirigiendo las fuerzas materiales a su fin superior, en que ellas actúan como parte de un todo. 2.-La vida consciente de los sentidos - Más arriba de esa vida fisiológica, aparece otro tipo de vida esencialmente superior a ésta y que no puede explicarse como un fruto de la misma: la vida consciente de las sentidos. En efecto, el conocimiento es la aprehensión del ser distinto del propio y en cuanto distinto u objetivo, de una manera enteramente diferente y hasta opuesta a la manera de recepción material, por pura Pasividad o yuxtaposición. El conocimiento es la aprehensión de otro en cuanto otro u objeto en el seno del acto sujetivo, de una manera consciente o tomando conciencia del ser del otro y del ser propio. La conciencia y el conocimiento suponen el sistema nervioso y la vida vegetativa, sin los cuales no pueden darse. Sin embargo, es algo esencialmente superior a esa vida inconsciente del sistema nervioso. No se puede pasar por grados de lo inconsciente a lo consciente: la conciencia no se presenta como un perfeccionamiento de la vida fisiológica, hay un hiatus entre las dos. Querer explicar la conciencia por el sistema nervioso, advierte Bergson, equivaldría a querer explicar la comunicación del pensamiento y emociones de dos interlocutores telefónicos, por los cables y la corriente eléctrica, porque sin ellos es imposible esta comunicación a distancia. La conciencia y el conocimiento es algo enteramente nuevo y totalmente otro de la vida fisiológica de tal manera que no puede reducirse a ésta, aunque necesite de ella como de su instrumento, como en el caso de los dos que hablan por teléfono. | URI: | https://repositorio.uca.edu.ar/handle/123456789/14273 | ISSN: | 0036-4703 | Disciplina: | FILOSOFIA | Derechos: | Acceso abierto | Fuente: | Sapientia. 1972, 27 (103) |
Aparece en las colecciones: | Artículos SAP - 1972 Vol XXVII nro. 103 |
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