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Título : Técnica y espíritu
Autor : Derisi, Octavio Nicolás 
Palabras clave : TECNICAESPIRITU
Fecha de publicación : 1965
Editorial : Pontificia Universidad Católica Argentina. Facultad de Filosofía y Letras
Cita : Derisi, O. N. Técnica y espíritu [en línea]. Sapientia. 1965, 20 (75). Disponible en: https://repositorio.uca.edu.ar/handle/123456789/14204
Resumen : Sólo el hombre es capaz de técnicas, porque sólo el hombre tiene espíritu. Los animales emplean medios concretos para buscar fines concretos; pero lo hacen instintivamente, porque la relación de medio y fin les está velada, como velado les está el ser, en el que aquélla se manifiesta. Al hombre se hace patente esta relación, precisamente porque a él se devela el ser, en el cual y por el cual tiene sentido el fin -que es el ser o bien en cuanto término de una apetencia- y los medios para su consecución. Ahora bien, el hombre puede organizar los medios para ordenar su libertad al logro de su propio fin o bien del hombre; y a los medios para ordenar su actividad a conseguir el fin o bien de las cosas mismas exteriores a él. Esta doble organización constituye, la cultura práctica con sus respectivos sectores moral y artístico-técnica. 2. La cultura práctica es una organización de los medios para el logro de un fin o bien: del bien del hombre o del bien de las cosas con referencia a éste, llevada a la realidad por intervención del espíritu. Tal organización se realiza en dos momentos del espíritu: de la inteligencia, el uno, y de la voluntad libre, el otro. El momento de la inteligencia descubre el bien o fin y los medios adecuados para su consecución de fin o bien. En la luz de este bien, la inteligencia de-vela las exigencias de acción, las reglas que deben informar la acción ejecutiva para obtenerlo, en una palabra, descubre los medios para la consecución o realización del fin. Bajo la dirección de esta inteligencia práctica, de sus reglas o juicios prácticos y bajo su información, la voluntad libre se dice -o rehusa- con su actividad estrictamente práctica a poner los medios para su consecución. En un plano moral, en que el bien por obtener es el del hombre como hombre, la de-velación intelectiva de la norma para dirección de los actos, como otros tantos medios para la adecuada obtención del fin, así como la adopción de éstos bajo su dirección, por la decisión de la voluntad libre, se desenvuelve en un ámbito enteramente espiritual. Los actos externos o materiales sólo son morales en la medida en que están informados por el juicio práctico de la inteligencia y bajo el dominio de la voluntad libre, precisamente porque el fin por realizar aun interviniendo actos corporales, es un bien espiritual: o bien honesto o del hombre como hombre...
URI : https://repositorio.uca.edu.ar/handle/123456789/14204
ISSN : 0036-4703
Disciplina: FILOSOFIA
Derechos: Acceso abierto
Aparece en las colecciones: Artículos
Artículos
SAP - 1965 Vol XX nro. 075

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