Los primeros profesores de Derecho Constitucional en la Universidad de Buenos Aires (en homenaje a Germán J. Bidart Campos)

Abstract

Es difícil empezar un homenaje sin decir algo muy obvio y muy repetido sobre el homenajeado, y esta vez no será la excepción. ¿Quién podría poner en duda que Germán J. Bidart Campos fue un constitucionalista de raza? Nadie. Y, sin embargo, por muy conocido y aceptado que ello sea, hay que repetirlo, pues es la verdad. También, todos los que lo conocimos y tratamos personalmente sabemos y reconocemos que esa no era su única virtud. A su sabiduría, talento y pasión por el Derecho Constitucional, Germán añadía su humildad y su espíritu desinteresado por las cuestiones materiales. No le importaban el lujo ni la riqueza. Su verdadera vocación, lo que lo hacía enteramente feliz, era aprender y enseñar, dos tareas a las que se entregó con plenitud a lo largo de toda su vida. Como testimonio viviente de ello, nos quedan más de un centenar de volúmenes y miles de artículos que escribía más rápido de lo que los comunes mortales podemos leer. Ya desde muy temprano en mi carrera tuve oportunidad de apreciar estas cualidades. Conocí a Bidart Campos allá en 1975, cuando cursaba Derecho Político en la Universidad Católica Argentina. Junto con Beatriz Alice, su profesora adjunta, formaban una cátedra extraordinaria que jamás olvidaré. Resaltaban en ella, no solo la erudición y calidez de ambos profesores, sino la especial dedicación que le prodigaban a la enseñanza...