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Campo DC Valor Lengua/Idioma
dc.contributor.authorBeltrán, Oscar Horacioes
dc.date.accessioned2024-05-21T14:28:00Z-
dc.date.available2024-05-21T14:28:00Z-
dc.date.issued2006-
dc.identifier.citationBeltrán, O. H. Gustavo E. Ponferrada, Filosofía de la Naturaleza, La Plata, UCALP, 2004, 403 págs [en línea]. Teología. 2006, 43 (90). Disponible en: https://repositorio.uca.edu.ar/handle/123456789/18128es
dc.identifier.issn0328-1396 (impreso)-
dc.identifier.issn2683-7307 (online)-
dc.identifier.urihttps://repositorio.uca.edu.ar/handle/123456789/18128-
dc.description.abstractResumen: La Filosofía de la Naturaleza, acaso la primera gran aventura de la razón humana, ha tenido una historia tortuosa y desapacible. Los primeros filósofos casi no pensaban en otra cosa. Sócrates y Platón, disconformes con sus resultados, la desplazaron a la categoría de un saber precario y conjetural. Aristóteles, al fin y al cabo un platónico amante de la naturaleza, le devolvió la jerarquía de ciencia bajo el nombre de “Física”. Y acogió en sus dominios a todo el saber referido al mundo corpóreo, desde las alturas de la especulación sobre el Primer Motor hasta las disputas acerca de la reproducción de las abejas. Este panorama se prolongó, en parte por la merecida autoridad del Estagirita, y en parte por su alianza estratégica con la Iglesia en la causa de la integración entre razón y fe. Pero hacia el Renacimiento los errores científicos de Aristóteles, cada vez más evidentes, provocaron la caída de su doctrina filosófica, arrastrada por la corriente de las “nuevas ciencias”. A causa de lo que Maritain llamó, sin exagerar, un “error trágico”, estas disciplinas que hoy conocemos como Física, Química, Biología y otras, no sólo ocuparon el lugar de la Filosofía de la Naturaleza sino que acuñaron ese nombre por primera vez: Galileo reclamó para sí ese título al publicar su Sidereus Nuntius, y otros ilustres nombres de la ciencia, como Boyle, Newton, Lamarck, Dalton y Kelvin, llamaron “filosofía natural” a sus escritos. Los residuos de la vieja Física peripatética sobrevivieron a duras penas en los claustros escolásticos, y en parte por el ambiente favorable de la Contrarreforma y la expansión de la Compañía de Jesús.es
dc.formatapplication/pdfes
dc.language.isospaes
dc.publisherPontificia Universidad Católica Argentina. Facultad de Teologíaes
dc.rightsAcceso abierto*
dc.rights.urihttp://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/*
dc.sourceTeología. 2006, 43 (90)es
dc.subjectRESEÑASes
dc.subjectFILOSOFIA DE LA NATURALEZAes
dc.subjectRAZON HUMANAes
dc.titleGustavo E. Ponferrada, Filosofía de la Naturaleza, La Plata, UCALP, 2004, 403 págses
dc.typeReseña libroes
uca.disciplinaTEOLOGIAes
uca.issnrd1es
uca.affiliationFil: Beltrán, Oscar Horacio. Pontificia Universidad Católica Argentina; Argentinaes
uca.versionpublishedVersiones
item.languageiso639-1es-
item.fulltextWith Fulltext-
item.grantfulltextopen-
crisitem.author.orcid0000-0001-9689-9409-
Aparece en las colecciones: TEO - 2006 Tomo XLIII nro. 090
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