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dc.contributor.authorAndereggen, Ignacio Eugenio Maríaes
dc.date.accessioned2021-12-14T18:06:55Z-
dc.date.available2021-12-14T18:06:55Z-
dc.date.issued1990-
dc.identifier.citationAndereggen, I. E. M. El conocimiento de Dios en la exposición de Tomás de Aquino sobre el "de divinis nominibus" de Dionisio Areopagita [en línea]. Sapientia. 1990, 45 (178). Disponible en: https://repositorio.uca.edu.ar/handle/123456789/13187es
dc.identifier.issn0036-4703-
dc.identifier.urihttps://repositorio.uca.edu.ar/handle/123456789/13187-
dc.description.abstractResumen: I. Presentación. No sabemos exactamente cuál haya sido la reacción del joven Tomás de Aquino en Colonia, a orillas del Rin, cuando escuchó comentar de la boca del gran maestro Alberto las obras del Beato Dionisio Areopagita. Conocernos en cambio el clima interior con el que se realizó el contacto espiritual con el místico ignoto: "Cum autem frater Thomas miro modo taciturnus, orationi et studio, propter quod venerat, sollicite esset intentus, coepit magister Albertus librum De Divinis Nominibus legere".1 De la gravedad con la que Tomás recibía la enseñanza de Alberto, surgió su primer comentario al De Divinis Nominibus en la feliz ocasión de la incompetencia de aquel compañero de estudios que se ofreció a repetirle, por compasión, las lecciones de Alberto. Tomás suplió no sólo las carencias de su buen amigo, sino que agregó a la explicación del texto de Dionisio tantas cosas que el Maestro no había dicho.2 ¿Pero quién había podido escribir tal texto que produjese tan maravilloso resultado en aquel ánimo .taciturno? Un discípulo del grande Apóstol Pablo, el Areopagita, sin duda. Así pensaban los medievales, y con ellos el hermano Tomás. La autoridad del Beato Dionisio, el más antiguo de los Padres de la Iglesia, era inmensa para aquellos contemplativos sedientos de Dios. Su breve y misteriosa obra fascinaba los espíritus con una eficacia superada sólo, para muchos de ellos, por la de la autoridad de la Sagrada Escritura. Nosotros no tenemos la fortuna de creer que ese místico oscuro era el convertido de San Pablo en el rocoso Areópago de Atenas. Nuestra crítica implacable no alcanzó, sin embargo, a descubrir su identidad. Pero si Dionisio perdió el encanto de su autoridad apostólica, ganó en cambio la autoridad de su propia envergadura, capaz, sin nombre, de atraer fuertemente los espíritus más profundos.es
dc.formatapplication/pdfes
dc.language.isospaes
dc.publisherPontificia Universidad Católica Argentina. Facultad de Filosofía y Letrases
dc.rightsAcceso abierto*
dc.rights.urihttp://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/*
dc.sourceSapientia. 1990, 45 (178)es
dc.subjectFILOSOFIA MEDIEVALes
dc.subjectTomás de Aquino, Santo, 1225?-1274es
dc.subjectDionisio Areopagitaes
dc.subjectCONOCIMIENTO DE DIOSes
dc.subjectTEOLOGIAes
dc.subjectDe Divinis Nominibuses
dc.titleEl conocimiento de Dios en la exposición de Tomás de Aquino sobre el "de divinis nominibus" de Dionisio Areopagitaes
dc.typeArtículoes
uca.disciplinaFILOSOFIAes
uca.issnrd1es
uca.affiliationFil: Andereggen, Ignacio Eugenio María. Pontificia Universidad Católica Argentina; Argentinaes
uca.versionpublishedVersiones
item.fulltextWith Fulltext-
item.grantfulltextopen-
item.languageiso639-1es-
Aparece en las colecciones: SAP - 1990 Vol XLV nro. 178
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