In memoriam : Diego Francisco Pró (1915-2000)

Abstract

Resumen: «El hombre —dice Platón en el Gritón— no debe desear tanto el vivir como el vivir bien». Vivir conforme con el Bien..., en fin: ser bueno..., hacer que todo sea bueno. Pró era un hombre bueno. Su figura retraída y tímida dimanaba recato, respeto, comprensión, diligencia, disposición, generosidad. Nada espectacular, se sumía en el silencio de su pensar dialogando consigo mismo: meditante antes que meditabundo, Pró sabía del hombre y su mundo, del mundo y sus avatares. Sabía a la manera en que se alcanza el alma de las cosas animándolas en su propia alma. Sabía al modo de congeniar con el bien de todo lo que es. Sabía como saben los buenos: humilde en el pensar, agradecido con el ser. De esa forma fue don de sí en todo y para todos según el universal. De allí que su obrar fue un servicio a los trascendentalia, una ofrenda al Verum, Pulchrum y Bonum, en y desde la condición de horno viator ad Unum. El carácter viandante del vivir esboza su trayectoria en y por la educación y la historia. Por eso Pró comprometió aquella ofrenda de su ser y obrar con la formación espiritual en tanto docente en la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Tucumán, en el Instituto Nacional del Profesorado de Catamarca, en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Cuyo y a través de sus reflexiones con los trabajos de Tres aspectos de la cultura (1942), Filosofía realista de la educación argentina (1950), La universidad y la unidad de la cultura (1964), además de varios artículos, todo inspirado en la filosofía clásica.