DSpace Colección :https://repositorio.uca.edu.ar/handle/123456789/34282024-03-28T23:14:33Z2024-03-28T23:14:33ZLibertad y temporalidadEstrada, José M. dehttps://repositorio.uca.edu.ar/handle/123456789/138992022-05-03T05:01:13Z1986-01-01T00:00:00ZTítulo : Libertad y temporalidad
Autor : Estrada, José M. de
Resumen : Resumen: La libertad implica, sin duda, perfección. Cabría decir que cuanto más
alta es la dignidad de un ser, tanto más libre es. "La libertad de albedrío, dice
Santo Tomás, pertenece a la dignidad del hombre. La libertad radica en la persona; manifiesta la capacidad de autoposesión del ser personal. La libertad se funda en el espíritu, el cual puede volver sobre sí mismo superando la limitación de la realidad sensible en una suerte de transparencia que lo hace independiente y autónomo en sí mismo.1986-01-01T00:00:00ZEn torno a tres concepciones de la verdad formalRego, Franciscohttps://repositorio.uca.edu.ar/handle/123456789/138982022-05-03T05:01:11Z1986-01-01T00:00:00ZTítulo : En torno a tres concepciones de la verdad formal
Autor : Rego, Francisco
Resumen : Resumen: 1. Posicición, del problema
"Quae quidem correspondentia adaequatio rei et intellectus dicitur, et in
hoc formaliter ratio veri perficitur".1Tal concepto de verdad, que de suyo
entraña la adecuación entre el entendimiento y la cosa no sólo tiene el mérito de expresar fielmente los datos alcanzados espontáneamente por la inteligencia, sino también el de servir de base para la comprensión de las doctrinas de
verdad que se le oponen. Naturalmente, aunque la verdad puede ser aquí
entendida ya como la verdad del ser ut ens intellectui correspondeat 2 ya como
la del conocer in quantum (intellectus) adaequatur rei intellectae,3la que interesa en este trabajo es la verdad del conocimiento, llamada también formal
o lógica.
Este modo de entender a la verdad formal no deja de ser sostenido implícitamente o explícitamente por una larga tradición filosófica cuyos más destacados exponentes se encuentran en el Estagirita y el Aquinate. Obviamente,
para que esto pudiera ocurrir era preciso que hubiera antes una coincidencia
de fondo respecto de un pequeño pero importante núcleo de afirmaciones
metafísicas cuyo último principio de resolución o inteligibilidad se halla en
la noción de esse. Por ello es comprensible también el que —ya bien entrada
la edad moderna— al ser cuestionados los tradicionados puntos de partida y
sustituidos por otros nuevos, llegue también —¿por qué no?— el momento de
cuestionar aquel concepto de verdad.1986-01-01T00:00:00ZEl tema de la verdad en Santo Tomás : sus fuentesPonferrada, Gustavo Eloyhttps://repositorio.uca.edu.ar/handle/123456789/138972022-05-03T05:01:09Z1986-01-01T00:00:00ZTítulo : El tema de la verdad en Santo Tomás : sus fuentes
Autor : Ponferrada, Gustavo Eloy
Resumen : Resumen: En singularmente sugestivo que la primera obra que publicara Santo
Tomás al comenzar su magisterio en la Universidad de París verse sobre la verdad: parecería el programa de acción de quien consagraría su vida entera a su
búsqueda y exposición. Por ello no resulta sorprendente que afirme, más tarde,
que la verdad es el fin último del universo. Al principio de la Summa contra
gentiles afirma: "Es preciso que e fin último diel uniivetso sea el bileln del intelecto. Polo este bien e la verdad Por lo tanto és prectilso que' la. verdad sea leí
fin último del universo".1 La razón es que todo agente obra por un fin que es
su bien; el creador del universo es un Intelecto, cuyo bien propio es la verdad;
por lo tanto, la verdad es el fin último del universo que es lo que El obra.2
Baste esta indicación para valorar la importancia absolutamente única del
tema de la verdad en el pensamiento de Santo Tomás. Presente en toda su obra,
en forma explícita ha estudiado la naturaleza y formas de la verdad en las cuestiones disputadas De vol* ate y en la primera parte de la Suma de Teología;
con menor extensión en su comentario Super Sententiis, anterior a su magisterio y en la Contra genffies, además en múltiples pasajes de su comentarios y
obras personales. Es interesante notar que, contrariamente a lo que —siguiendo
el ejemplo de Descartes— parece suponer la mayoría de los filósofos modernos,
que antes de cada uno de ellos nadie se ocupó debidamente del tema que exponen, Santo Tomás se ha preocupado en investigar lo que opinaron sus predecesores y hace explícita mención de lo que debe a ellos.
Veamos brevemente qué 'veintes tuVo en cuenta Santo Tomás al estudiar el
tema de la verdad y luego cuál es su síntesis personal.1986-01-01T00:00:00ZLa naturaleza como principio de racionalidadSanguineti, Juan Joséhttps://repositorio.uca.edu.ar/handle/123456789/138962022-05-03T05:01:04Z1986-01-01T00:00:00ZTítulo : La naturaleza como principio de racionalidad
Autor : Sanguineti, Juan José
Resumen : Resumen: 1. La naturaleza física y sus razones
La naturaleza es un principio intrínseco de movimiento y - de operaciones
de las cosas materiales. El mundo físico, el' mundo de la naturaleza, es un
conjunto 'organizado de seres que espontáneamente se comportan según leyes
precisas .y unívocas. Los eventos naturales, como la lluvia, el granizo o un
terremoto, se producen por sí mismos, en virtud de fuerzas subyacentes a las
cosas. Algo ocurre "naturalmente" cuando resulta de la misma estructura de
las cosas. En el mundo físico, todo lo que sucede es natural (exceptuando los
milagros), no guiado —de manera próxima— por un principio voluntario. Los
eventos "pasan" porque tienen que pasar, porque la naturaleza predetermina
necesariamente que ocurran así, supuestas ciertas condiciones.
Esta especie de rigidez inapelable y anónima con que la naturaleza actúa
y se impone al hombre, le guste o no, puede parecer a veces como un peso
para la vida humana, para las veleidades de la pereza o para las ansias de
una libertad ilimitada.* Pero cuando el hombre comprende, no sólo científica
sino sapiencialmente, que la naturaleza física de la que él forma parte tiene
un fondo íntimo de bondad, entonces la realidad material deja de aparecer
como agresiva y, al contrario, se manifiesta como colaboradora de la existencia
humana en lo que ésta tiene de más esencial. El mismo hecho de que la
naturaleza se imponga al hombre significa que existe una ley de la realidad
trascendente al ser humano. El hombre nace en un mundo ya hecho, constituido por leyes irreformables a las que debe plegarse. Se comprende por
qué la filosofía natural ha sido normalmente un punto débil del idealismo,
ya que el idealismo tiende a subyugar la naturaleza en las manos del espíritu. Es necesario penetrar a fondo en la bondad metafísica de la naturaleza,
aun cuando ésta actúe según leyes que como tales son indiferentes a los
deseos particulares del hombre (con un ejemplo sencillo pero de valor general, un día resulta soleado o lluvioso con total independencia de los intereses
humanos).1986-01-01T00:00:00Z